Advertisement
Not a member of Pastebin yet?
Sign Up,
it unlocks many cool features!
- P R Ó L O G O
- No tardé demasiado en despedirme, era un viaje más ¿No? Lo típico antes de emprender una nueva incursión a lo largo de la región, acomodar una mochila con Pokéballs, reunir a mi equipo y distraerme un poco antes de emprender la travesía. No necesitaba dar tanto aviso, después de todo en Ysiel podía decirse que yo mismo era una persona completamente independiente que no necesita dar nota de todo lo que hace. Era normal desaparecer por una semana, dos, un mes... Pero esta vez, las cosas no serían del todo normales y a lo mejor estaba a punto de meterme en algo grande, algo distinto a lo que había enfrentado anteriormente. ¿Cuál es la peor amenaza para el ser humano? ¿Es acaso la naturaleza misma una amenaza para nosotros? ¿Peligramos por el cambio climático? A lo mejor, es posible. Sin embargo, luego de este viaje tan particular comprobaría que la frase dicha por muchas personas tiene algo de sentido, mucho sentido: El peor enemigo del hombre, es el mismo hombre. Nosotros, los seres humanos somos la peor amenaza que camina sobre este planeta.
- ─Bueno, creo que está todo listo. Volveré en unas semanas, y si todo sale bien─ Interrumpí, temporalmente mis palabras para codear a mi Greninja, conocido como Sannin ─Con ayuda de este muchacho, traeré mi cuarta medalla.
- Mis palabras no tenían un solo atisbo de duda al momento de mencionarlas, Sannin tampoco mostraba signos de duda, no la teníamos. Sería un viaje más, otro complicado viaje en donde buscaría enfrentarme a un entrenador -O entrenadora- De primer nivel y que seguramente no me dejaría las cosas regaladas: Debía ganármelo, como todos ¿No? Así se suponía que sería, pero no. Flammeus era mi objetivo en ese viaje atípico, pero a la vez tan normal. Aproximadamente tomaría siete u ocho horas a vuelo normal, deteniéndome a cada hora para descansar y en caso de ser necesario, permanecería en algún sitio el tiempo suficiente para que Pride, Charizard descanse y así llegar a destino de forma segura. Estaba todo tan calculado, todo tan normal ¿Entonces por qué las cosas tuvieron que tornarse tan complicadas? ¿Creen en el destino?
- S C E N E ' 01
- Con un equipo de seis Pokémon estaba listo para afrontar mi siguiente desafío: El posiblemente complicado y de más decirlo, caliente gimnasio de Flammeus Town me esperaba con la medalla como premio, en caso de salir vencedor, obviamente. Sabía que la dificultad era alta y que no podía esperar llevarme el premio mayor así como así, tan a la ligera. Pero también era plentamente consciente de que a lo largo de todos estos meses había mejorado, mis conocimientos de batalla eran distintos a los que tenía hace seis meses y el camino recorrido había forjado un carácter distinto en mí, en mis compañeros de equipo. Habían pasado muchas cosas y cada tropezón, cada golpe y cada caída sirvieron para fortalecer mi espíritu, nuestro espíritu: Eramos uno, en conjunto no podrían vencernos fácilmente y no teníamos intenciones de dejarle las batallas fáciles a quien sea que fuera nuestro oponente.
- Sabía que el viaje no era mi mayor problema afortunadamente, no lo fue. En cuestión de horas, ocho para ser exacto, había llegado a Flammeus Town y como era costumbre no descendí directamente en la ciudad sino que esta vez sobrevolé sus límites y busqué la entrada principal para descender allí. Al pisar tierra firme como era de acostumbrar, estiré mis músculos bostezando y desperezándome ¿Cuan cansador puede llegar a ser un viaje encima de Pride? No se dan una idea, no es tan cómodo como parece. Mientras me estiraba, noté la llegada de dos personas que se ubicaron cerca mío y me observaron, carraspeando como si buscaran llamar mi atención.
- ─Jóven, es un majestuoso Charizard el que lo acompaña. Déjeme felicitarlo en nombre de la casa *Inserte nombre del clan bueno*─ Un hombre de edad algo avanzada era acompañado por una mujer de unos treinta años, que sostenía lo que parecía ser una elegante urna de porcelana. Ambos observaban a Pride con total admiración, casi no había contacto visual entre ellos y yo. ─Debo marchar, pero me gustaría que disfrute de su estadía y podamos volver a encontrarnos para observar a ese hijo del fuego─ “Hijo del fuego” ¿Acaso se refería a Charizard? Era obvio que así era. ─Eh... Claro, un gusto en conocerles y gracias por la bienvenida.
- Escenas bizarras si las había. No me habían dado una bienvenida así en la gran mayoría de viajes que vengo realizando hace un año, normalmente me recibían buscando un combate, o con un simple “Bienvenido” pero nada similar a lo que acababa de ocurrir. Era temprano para comenzar a sacar conclusiones, pero esas ropas, esa vestimenta tan particular no parecía ser la que una persona común y corriente lleve ¿Eran acaso monjes? ¿Pertenecían a alguna religión? Extraño, todo era muy extraño. Pride no estaba muy tranquilo con tanta observación, y no quería que se incomode así que agradecí por su ayuda para venir volando hasta aquí y lo guardé en su Pokéball, merecía un buen descanso. Flammeus Town me sorprendía con tantos adornos bien característicos al fuego, una ciudad llena de colores vivos y aparentemente activa... O así la describían, ya que yo no veía tantos movimientos en las calles ¿Era hora de la siesta? Porque de verdad parecía una ciudad fantasma.
- Me resigné a la idea de encontrarme con algunos entrenadores locales y pensé que a lo mejor no era mala idea descansar un poco antes de dirigirme rumbo al Gimnasio Fuego: Las aguas termales de Flammeus eran sumamente conocidas y renombradas en otros rincones de la región así que era momento de ir a comprobar en experiencia propia que tan buenas podían llegar a ser. Caminé aproximadamente media hora hasta encontrar el dichoso sitio ya que no era un conocedor de la ciudad, pero nuevamente me encontraba con más sorpresas.
- ─¡No hay caso! ¡Es culpa de esos *inserte nombre del grupo malo* que enfadaron al fuego sagrado!─ Un hombre de avanzada edad parecía estar con algunos dolores de espalda, sentado en un banquillo de madera mientras tres personas intentaban calmarlo ─A-Abuelo... Por favor, cálmate ¿Sí? No ganamos nada enojándonos por lo que no podemos cambiar, solo queda esperar a la asamblea...─ Una chica aparentemente preocupada, bastante preocupada mejor dicho, hablaba con el anciano intentando calmarlo mientras un hombre bastante mayor que la chica pero no tanto como el anciano, agregaba a la charla ─Ella está en lo cierto, padre. No podemos dar ninguna opinión por el momento, intenta ser paciente y todo se...─ Con un fuerte golpe de palmas en la madera del banquillo, el anciano interrumpió al masculino para hablar en su lugar con un tono de voz bastante elevado ─¡No! ¡No pretendan ignorar la situación! ¡Ellos robaron la “Reliquia xD” (Cambiar nombre luego)! ¡Ellos enfadaron a nuestro protector y por ellos, Flammeus caerá en la peor de las desgracias hasta que devuelvan el equilibrio!─
Advertisement
Add Comment
Please, Sign In to add comment
Advertisement