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- [font=Georgia]De poco y nada sirvieron los gritos de Rose. La negación de Ivana o la ira de Elric. Tampoco sirvió la impotencia de Invel o la resignación de Fausto, la daga ya no existía y el volcán agradecía la comida. Fundida entre lava se encontrarían los restos de la reliquia sagrada que durante tantos años e incluso siglos había sido cuidada por diversos linajes, la tradición sagrada de una ciudad tan antigua como Flammeus comenzaba a morir poco a poco.
- Las carcajadas de Hamilton hacían un contraste perfecto con las tristes lágrimas que recorrían las mejillas de Rose, siendo la más religiosa de los allí presentes comprendía perfectamente que la pérdida era irreparable en cuanto a lo que simbolizaba la fe en Flammeus Town. Nada volvería a ser igual luego de aquella pérdida, y si las leyendas eran ciertas... [i]El protector[/i] no estaría conforme.
- El accionar de aquel antagonista no se detuvo con la eliminación directa de la daga, no sería suficiente. Quería una venganza completa, para empezar. El acalorado clima se ponía cada vez más intenso y el regreso de ese elegante Talonflame dirigido por un malvado significaba que otra reliquia peligraba. Otro golpe bajo para los guardianes de Flammeus estaba por llegar, o eso parecía.
- Entei o mejor conocido como [i]King[/i], caminó lentamente al lado de Invel para mirarlo de reojo y luego rugir por lo bajo, su entrenador comprendía lo que decía incluso sin mediar palabras con él de la manera que solían hacerlo, pero sus gestos de negación le dieron a entender a ese majestuoso Pokémon que no podían hacer nada de momento más que mirar, estaban en clara desventaja y no podían cometer ninguna idiotez.
- Todos estaban tan ocupados mirando el accionar de Hamilton y Talonflame que ignoraron los pasos lentos de ese particular Blaziken quien sólo se ubicó cerca de su entrenador, quien al igual que Invel negó con la cabeza para decirle a su compañero que no había nada por hacer más que observarlo todo en la mayor y completa sensación de impotencia... Su orgullo había sido pisoteado, no había más que hacer.
- [b] [color=#570d33]─Esto es apenas el comienzo de lo que tengo pensado para esta ciudad ¡Para esta maldita región entera! Y ahora, continuaremos con el espectáculo ¡Ahí va otra, Talonflame![/color][/b]
- Más impotencia generada se dejó ver mientras el rubio extendía su brazo derecho para alcanzarle esta vez lo que parecía ser una capa bastante antigua al Pokémon volador. Ivana abrió sus ojos de par en par e hizo una mueca de tristeza con la boca a la vez que sus ojos se humedecieron un poco, esa reliquia que simbolizaba el intelecto le pertenecía... Ella era su protectora y estaba a punto de ver como su tesoro compartiría el mismo destino cruel que la daga de Fausto.
- El Pokémon volador repitió el proceso, volando rumbo al volcán mientras ahora era Ivana quien dejaba caer pequeñas gotas de impotencia en su mejilla, incluso la dama inteligente de los grupos políticos resultaba ser bastante sentimental ante un suceso así. Rose por su parte tenía otras razones para llorar con mayor intensidad, su religión le daba a entender que nada bueno ocurriría si Hamilton seguía destruyendo reliquias.
- No medió palabras esta vez, chifló para que Talonflame regrese mientras Invel intentaba acercarse disimuladamente a la vez que Entei hacía lo mismo. No tardaron en descubrirlos y fue Hamilton quien chasqueó la lengua con algunos gestos de negación al ver el torpe accionar del entrenador quien subestimaba la atención del magnate, quizás el momento de desconcierto nubló el juicio de Rukawa.
- [b][color=#570d33] ─No te conozco, pero tu idiotez se acerca a la de Fausto ¿acaso no escuchaste lo que dije de no querer héroes? ¿Acaso debo lastimar a estas personalidades tan famosas por tu culpa? No te lo vuelvo a repetir, cuida a ese bicho que tienes al lado y quédate quieto ahí. Ya habrá tiempo para todos ustedes, primero debo atender asuntos más importantes.[/color][/b]
- Con ambos puños apretados y sufriendo la misma impotencia que Entei y el resto, Invel no tuvo más remedio que quedarse cerca de Fausto quien estaba prácticamente de rodillas, retenido por dos de los lacayos que Hamilton había llevado a ese sitio con el fin de tenerlo todo bajo control. La llegada de Talonflame una vez más predijo lo que ocurriría... Esta vez una garra con los colores del arcoíris fue sostenida por la mano diestra de Hamilton quien la observaba lentamente.
- [b][color=#570d33] ─Hubiera sido un bonito adorno en una casa, lástima que se mezclará con la lava... Dime, Rose ¿qué simboliza? [/color][/b]
- Los ojos abiertos de par en par y las lágrimas cayendo por sus mejillas demostraron que Rose no estaba preparada para ver como su propia reliquia sería destruida frente a sus ojos. Fue todo rápido, el proceso así lo parecía luego de ser tan repetitivo. Una tercer reliquia había caído de forma lenta e irregular a ese gigantesco hoyo repleto de lava a temperaturas incalculables... El honor de los guardianes seguía siendo pisoteado vilmente ¿hasta cuando?
- Rose ya no tenía lágrimas, su mirada estaba dirigida al suelo casi como la de Fausto. Ivana tenía la misma expresión y sólo Invel miraba de la misma manera que [i]King[/i] y Elric, con expresiones cargadas de ira e impotencia. Hamilton había decidido tomarse una pausa para acercarse a Elric teniendo en su mano la reliquia que había comenzado con todo su malévolo plan, la mostró frente a su par multimillonario y se agachó, quedando a su altura.
- [b][color=#570d33] ─He de agradecerte, si no hubieras sido tan descuidado... Todo mi plan no se hubiera podido llevar a cabo. Robarles a los otros tres hubiera sido problemático de planear, y sobre todo de hacer. Pero por ti es que cumplí mi sueño y debo agradecerte por ello. Este sueño apenas comienza, procuraré que no sufras demasiado porque en cierta forma siento lástima por tu triste persona. En fin, tengo trabajo que hacer./color][/color][/b][color=#570d33]
- Una nueva sonrisa asquerosa y repulsiva se hizo ver en el magnate que llevaba la reliquia final en su mano diestra. Se puso de pie una vez más ante la mirada cargada de odio que Elric dirigía hacia él, una mirada que ignoró por completo. Un rugido bastante sonoro de Entei llamó la atención del magnate por algunos segundos hasta que Invel palmeó el lomo del gran Pokémon tipo fuego para calmarlo.
- El caminar cuesta arriba del rubio lo dirigió a las cercanías del volcán, del cráter mejor dicho. Esta vez parecía ser que quería ser él quien lleve a cabo la etapa final de esa destrucción impiadosa, quería ser él ese responsable de destruir la última de las reliquias y así sería. Observó por última vez la esférica reliquia y sonrió con maldad antes de acercarse aún más al gran cráter que en el fondo mostraba el magma burbujeante.
- Se notaba que el calor era demasiado intenso y le costaba respirar, su transpirado rostro y la dificultad que mantenía para mantenerlos ojos abiertos era notoria. Sin embargo eso no lo detendría, estaba a un sólo paso de concretar su tan ansiada venganza luego de tantos años.
- [b][color=#570d33] ─Odien, sufran y lloren... Porque esto es solo el comienzo de lo que vendrá ¿donde está su protector? ¿donde están los guardianes de las reliquias? ¿donde está el pueblo de Flammeus defendiendo su tradición? [/color][/b]
- Provocador, altanero y soberbio. Así se demostraba Hamilton frente a todos los presentes, incluso quienes trabajaban para él lo observaban con expresiones de sorpresa, a lo mejor no conocían esa faceta cargada de demencia que su líder mostraba abiertamente. El momento final había llegado, luego de “cargar” el lanzamiento, tiró la esférica reliquia al gran volcán y así la última de las reliquias había caído.
- Silencio, más lágrimas y sobre todo mucha impotencia. Invel y los cuatro guardianes habían fallado, no sólo en proteger a la gente de la ciudad, no sólo en evitar que Hamilton se saliera con la suya sino también en proteger lo que se les había otorgado en señal de sus virtudes: Las reliquias. Todas y cada una de ellas habían sido eliminadas por el volcán, pero un evento inesperado sacudió la tierra... Literalmente.
- La tierra comenzaba a vibrar cada vez más y un gran rugido por parte de Entei desconcertó a Invel ¿acaso le advertía sobre el peligro? ¿Sentía a lo mejor que el volcán estaba comenzando a activarse con mayor intensidad? Eran varias las posibilidades, pero la cuestión era que [i]King[/i] actuaba demasiado raro y su entrenador lo conocía bastante bien como para notarlo, no podía ignorarlo.
- En pos de alcanzar un lugar más seguro, Hamilton abandona las cercanías de la cima para caminar casi tropezándose por los temblores que tomaban protagonismo al paso de los segundos, parecía que el volcán iba a entrar en erupción y era cuestión de tiempo. Fueron varios los que trabajaban para Hamilton y comenzaban a huir, la erupción no sería la que termine con sus vidas en ese día y así lo pensaban.
- Invel había pasado a un segundo plano y en ese instante se agachó para observar a Entei y hablarle, pero el Pokémon no reaccionaba: Su vista estaba fija e inamovible en dirección al volcán ¿qué llamaba su atención de esa manera tan poderosa como para que ignore hasta a su entrenador y compañero? Algo raro estaba ocurriendo en ese instante, algo que cegó a todos de forma más que literal.
- En primera instancia un ruido blanco que lo enmudeció todo, un suceso extraño por demás. En segundo lugar, un resplandor que encegueció a todos los presentes, hasta que en la cima de ese volcán se pudo divisar una silueta que crecía cada vez más al paso de los segundos. La mirada atónita de todos los presentes estaba pegada en esa sombra que con un tamaño descomunal alcanzó a tapar el mismísimo sol.
- [b][color=#ff0042] ─Estamos perdidos... Lo han logrado, su furia nos destruirá a todos...[/color][/b]
- Fue Rose la encargada de hablar sin mirar hacia arriba, con su mirada fija en el suelo y sus manos agarrando fuertemente su largo vestido a la altura de sus rodillas presagió lo que iba a ocurrir, lo que estaba ocurriendo. Todos fueron testigos en ese momento de que las leyendas estaban en lo cierto, había algo más que protegía a Flammeus... Algo que lo destruirá por completo el día que los indignos lo habiten.
- Poco a poco el resplandor fue desapareciendo para dejar a la vista con mayor claridad a esa gigantesca criatura que con brillo propio resaltaba no sólo por su tamaño, sino por su colorido similar al de un arcoíris. Entei fue quien se acercó lentamente a la cima del volcán mientras la gran mayoría seguía escapando, mientras Fausto y el resto a excepción de Rose, lo observaban todo.
- [/color][/font]
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- [font=Georgia][color=#570d33]
- El terreno seguía con esos temblores poco fáciles de ignorar, de hecho era imposible pasar por alto el hecho de que ese volcán comenzaba a rugir con más fuerza y probablemente el magma hirviendo a temperaturas solares comenzaba a emerger amenazando con desbordar por el gigantesco y furioso cráter volcánico. Todo temblor pasó a un segundo plano con la aparición definitiva de aquel ser extraño.
- Entei rugió y ese gigantesco Pokémon lo ignoró, aleteando con fuerza y provocando una gran corriente de viento así como un grandísimo brillo similar al de los rayos solares que provocaban una gran dificultad a la visión. Repentinamente [i]King[/i], guardó silencio y se sentó con toda la tranquilidad que podría tener en ese momento, un accionar cuanto menos extraño.
- La grandiosa criatura los observó a todos desde las alturas y pudo reconocer aparentemente a los guardianes que habían fallado en su labor, también reconoció a un individuo particular que lo observaba con una sonrisa monstruosa y cargada de locura, Hamilton se movía con los brazos en alto y bien abiertos y le gritaba a ese gigantesco y colosal Pokémon que seguía sobrevolando las alturas del volcán.
- El calor era significativo y la presión en el sitio era incalculable, todos estaban inmóviles por el miedo y el total desconcierto que esa aparición había generado ¿era ese el famoso guardián y protector de Flammeus que tanto nombraban en las leyendas? ¿Era el final de Flammeus como se la conocía debido a la destrucción de las reliquias que simbolizaban el balance?
- Ivana y el resto de guardianes ya estaban de pie, aunque completamente aterrados. Los tres sujetos que trabajaban para ser los guardianes personales de Hamilton se habían hecho hacia atrás varios minutos antes y el magnate ya estaba sólo en su misión. El siguiente accionar del rubio demostró su total estado de locura, cualquier demente se daría cuenta del peligro: Pero él parecía ser la total excepción a esa regla.
- [b][color=#570d33] ─¡Oh gran protector! ¡Fuiste invocado gracias a los indignos que protegían tus preciados artefactos! ¡Todos han caído, así que es hora de que lo destruyas todo y vuelvas cenizas esta ciudad corrompida![/color][/b]
- El Pokémon gigante obviamente lo ignoró, no hizo nada al respecto y eso provocó el enfado mayor de Hamilton quien en un intento desesperado por llamar su atención comenzó a lanzarle piedras, completamente desquiciado y fuera de sí. De más estaba decir que ninguna piedra lo alcanzaría a esas alturas. Rose seguía llorando, pero quien probablemente lloraría en caso de saber lo que ocurriría: Sería justamente Hamilton. Un potente aleteo generó una nueva corriente de viento mucho mayor a la anterior que provocó la caída del magnate cuesta abajo, golpe tras golpe chocó su cabeza contra un árbol que obstaculizó su caída.
- La gran corriente de viento también estaba cargada con un poco de humo completamente negro que emergía despedido por ese volcán casi tan furibundo como aquella criatura de proporciones colosales, Invel y las pocas personas que estaban siendo testigos del momento no podían reaccionar por el miedo y sólo se movían gracias al gran viento que los obligaba a sostenerse como puedan de la superficie.
- En total estado de inconsciencia, Hamilton yacía tirado en el suelo. Rose comprendió que llorando no haría nada, siendo la de mayor conocimiento en cuanto a religión y a la divinidad que tenían en frente: Fue ella la que tomó la palabra al levantarse temblorosa, sintiendo la presión de calor en la atmósfera que era generada por el Pokémon gigante más que por el volcán.
- Pasando al lado de Fausto e Invel, la mujer se acercó cada vez más a la cima mientras el viento comenzaba a amainar poco a poco, dejando el seco calor como antes. La muchacha se acercó más para arrodillarse y gritar en un tono de voz bastante alto para que el divino legendario la escuche.
- [b][color=#ff0042] ─¡Sé que hemos fallado, lo sé! ¡Pero juro que lo hemos intentado, tratamos de detener esto! [/color][/b]
- Aquel gigante ser la ignoraba por completo y su gran quejido se asemejó a un “Basta de hablar” bastante reconocible. Ivana se puso en el lugar de Rose y caminó hacia ella para arrodillarse a su lado y levantarla lentamente, casi abrazándola. Invel notó que la situación exigía la cooperación de todos los presentes y se acercó. ¿Quería tener un papel en todo eso? Su momento había llegado.
- Caminó lleno de nerviosismo, su corazón latía a mil revoluciones y una gran cantidad de calor invadía su cuerpo. La presión era incalculable, sin precedentes. Temblaba como una hoja y no podía mirar directamente a ese Pokémon, sin embargo su compañero estaba allí arriba al igual que Rose, al igual que Ivana ¿cómo no iría él? Recorrió un poco con pasos lentos y su voz se alzó, intentando no lucir tan nervioso.
- [b][color=#f04314] ─¡Escuche! ¡Lo han intentado, eso es verdad! Puede ser que haya visto como esta grandiosa ciudad se dejó caer en manos de la maldad, pero créame que ahí hay gente muy buena ¡Con un corazón gigantesco! Ellos lo han intentado todo, y sé que cometieron errores pero aquí están para solventarlos con valor, con unión y fortaleza ¿no es eso lo que pregona usted y su legado a este pueblo? [/color][/b]
- La mirada de aquel ser era indiferente, Invel era una criatura insignificante a su lado y no tenía ningún derecho a ser escuchado. Otro intento completamente inútil, pero fue Entei quien tomó la palabra ─a su manera, en su lenguaje─ y decidió hablar con aquel Pokémon que sí estaba dispuesto a escuchar a un par, tratándolo a lo mejor como un igual. Entei rugió y aquel Pokémon gigantesco soltó un quejido aturdidor, parecían discutir ¿sobre qué?[/color]
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- [font=Georgia]
- Mientras [b]King[/b] y [i]El Protector[/i] “dialogaban” a su manera, poco a poco Fausto y Elric se acercaban a la zona donde Invel, Ivana y finalmente Rose se ubicaban. Tenía sentido que los dos Pokémon se entendieran, sin embargo todo tomó un ambiente raro cuando el gigantesco ser observó detenidamente uno por uno a los humanos que no habían escapado. Un aleteo de calor invadió el lugar ¿qué intentaba probar aquella criatura de tintes legendarios?
- Rukawa lo observó con detenimiento incluso estando algo nervioso, el Pokémon abrió sus alas aún más y los brillos emergían con mayor intensidad, similares a los de un bello arcoíris. El Pokémon era majestuoso y llamaba muchísimo la atención, desde las alturas de aquel volcán probablemente serían ellos los únicos en verlo, probablemente desde la ciudad se verían simples brillos obstruidos por las grandes nubes y esa gigantesca cortina de humo que dificultaría la visión desde allí abajo.
- A lo mejor aquel gigantesco ser colocó esa gran cortina de humo intencionalmente, cada uno de sus aleteos limpiaba y purificaba la cima de aquel gran volcán, el humo era dirigido en otras direcciones y la teoría de que en la ciudad no se vería más que una gigantesca nube oscura tomaba cada vez más fuerza.
- Poco a poco todos caminaron en dirección adonde estaba Invel, donde también estaba Entei. Formados uno al lado del otro, incluso aquel extravagante Blaziken observaban al poderoso ente legendario. Todos exceptuando aquel villano que seguía en el suelo, producto del desmayo ocasionado por el golpe de su caída. Aquel legendario Pokémon volador se detuvo explícitamente en ese sujeto y comenzó a cargar una esfera similar a un pequeño sol en su pico abierto ¿pensaba hacer lo que todos creían?
- Imposible. Ninguno de los presentes dejaría que aquel Pokémon ataque así como así al malvado individuo, incluso siendo una completa basura manipuladora y traicionera, no merecía morir calcinado. Fausto y Elric se pusieron frente a él luego de correr, siendo Elric quien se arrodilló para acostarlo de costado, haciendo que la sangre de su nariz no le provoque ahogamiento o asfixia.
- El suelo tembló a nueva cuenta y las dificultades para mantenerse de pie con firmeza eran cada vez mayores, la situación comenzaba a salirse de control incluso más que hace unos cuantos minutos.
- El Pokémon detuvo la carga de ese ataque y los miró, Entei aprovechó el momento para girarse, mirarlos de la misma manera y rugirles, provocando el desconcierto en Invel. La confusión fue mayor cuando [i]King[/i] se dispuso a mirar al gigantesco ser, rugiéndole y hablando en su lenguaje. Invel comenzaba a comprender lo que ocurría, parecía ser que aquel ser quería dialogar con Entei, o al revés.
- Ante tanto ruido, ante tantos acontecimientos tan confusos como repentinos: Aquel que había permanecido en silencio hace ya varios minutos había tomado la palabra y el liderazgo una vez más. El guardián de la fuerza, el valor, el honor y la fortaleza había reunido coraje para acercarse nuevamente donde estaba Invel, observó al gigantesco Pokémon y habló casi gritando.
- [b][color=#754747] ─Gran protector, este tipo deberá ser juzgado por humanos... No merece la muerte, no de esta manera. Le rogamos que por favor perdone su vida... ¡Las vidas de todos! Nos uniremos por esta causa, y le puedo jurar que así como hemos fallado en las anteriores... ¡Ya nunca más![/color][/b]
- Fausto había tomado su papel de líder, atrás había quedado su estado de shock e incompetencia. Invel también hizo lo mismo, acercándose a ellos dos para apoyarlos en la protección de aquel villano desmayado, siendo seguido por Rose e Ivana, también por Blaziken y finalmente por [i]King[/i]: Quien rugió una vez más, hablando con El Protector. La mirada atenta de aquel ser lo comprendió: Había buenos valores en esas personas, en esos Pokémon.
- Quizás la historia que Abel le contó al entrenador proveniente de Ciudad Verde no era un mito o una leyenda, a lo mejor esa historia volvía a repetirse: El protector sería testigo de un buen corazón en cada una de las personas allí presentes, personas que protegerían la vida de aquel villano como si fuera cualquier vida de bien en la ciudad. Eso no podía ser pasado por alto, no por aquel gigantesco ser resplandeciente.
- Desde la ciudad quizás pudo verse, quizás no. Pero aquel Pokémon abrió sus alas una vez más, descendió un poco y apoyó sus garras en el suelo de aquel volcán montañoso provocando un ligero temblor. Su mirada se clavó en los presentes y al acercar su rostro, todo brilló con total y completa intensidad. Los presentes fueron cegados una vez más y el calor repentinamente... Se hizo normal, había desaparecido esa atmósfera desagradable.
- Aquel Pokémon sorprendió a todos los presentes dejando frente a ellos cuatro elementos que todos podían reconocer fácilmente, pero unidos en uno sólo... Las cuatro reliquias habían sido devueltas, conformando ahora a una única reliquia resplandeciente. Un gran y sonoro quejido de aquel Pokémon tipo ave resonó en toda la montaña, los Pokémon salvajes se acercaban a verlo todo, ya no tenían miedo. [i]King[/i] rugió de la misma manera y aquella criatura alzó vuelo rápidamente.
- Batió sus alas dejando caer un brillo fácilmente visible que bañó a todos los presentes y uno por uno, los cuatro guardianes se acercaron a la gran reliquia para apoyar uno por uno las palmas de la mano en dicha reliquia, bajo la estricta mirada del legendario guardián. Invel seguía nervioso ¿por qué mentirse a uno mismo? Sin embargo se sentía un poco más tranquilo que antes ya que las cosas parecían tomar un buen rumbo, un buen final.
- Aquel Pokémon observó como los líderes tenían las manos en la gran reliquia y comprendió que la unión había sido demostrada, tarde pero seguro. Batió sus alas con más fuerza y se elevó, desapareciendo entre las nubes, alejándose en la más remota lejanía hasta desaparecer de sus vistas. Probablemente sería la primera y última vez en la que todos los presentes lo hayan visto y hayan sido testigos de su existencia: Ho-Oh, el legendario guardián y protector de Flammeus Town se había marchado.
- Los temblores se habían detenido de forma definitiva, el gran humo negro ya no estaba presente gracias a los aleteos constantes de aquella criatura gigantesca y parecía que el gran volcán ahora estaba tan calmado como Entei y el resto de los testigos de aquel suceso histórico y probablemente irrepetible en la vida de aquellos que presenciaron en primera persona todo lo acontecido con la llegada del protector.
- Todo había terminado. Aquella única reliquia representaría la unidad de los cuatro líderes y simbolizaría el futuro brillante de Flammeus. Por otra parte Hamilton yacía herido e inconsciente en el suelo, aunque afortunadamente su vida no corría peligro. Invel se sentó en el suelo y respiró con tranquilidad, seguía algo nervioso pero su sonrisa no se borraba. Fausto y el resto también sonreían con calma, después de todo lo habían logrado.
- [b][color=#f04314] ─[i]King[/i]... ¿Qué dijo? ¿De qué hablaron? ─[/color][/b]El entrenador preguntó desde su asiento improvisado, pero Entei sólo negó con la cabeza, indicando así que no habría nada para contar. A lo mejor las razones eran diversas, quizás Invel no estaba preparado o no era digno para saber lo que Ho-Oh había hablado con [i]King[/i], el poderoso Entei.
- Rukawa asintió con la cabeza y se echó al rocoso suelo, necesitaba descansar y sentía que al fin toda la presión había sido borrada, la misión había sido cumplida parcialmente. Todavía quedaba volver a la ciudad y poner las cosas en su lugar. Todos decidieron bajar a la capital del fuego a través del gran sendero, pero primero debían conseguir ayuda para trasladar a ese villano al hospital, no podían dejarlo así tirado a su suerte.
- Fausto fue el encargado de volar rápidamente a la ciudad para solicitar ayuda, obviamente debió intentar evitar a los ciudadanos furiosos pero eso no fue necesario: El clima ahora era agradable y parecía ser que la gente disfrutaba de la ausencia de ese calor infernal. Con ayuda de un helicóptero, Hamilton sería trasladado al hospital central de la ciudad, donde más tarde confesaría sus delitos.
- La reliquia fue trasladada por los cuatro miembros del gran consejo político de Flammeus, siendo custodiados todos por aquel entrometido que había sido de gran ayuda en toda la travesía: Invel Rukawa viajaba siguiendo aquel helicóptero con ayuda de Charizard, toda la pesadilla había terminado y al fin Flammeus estaba a salvo, aunque quedaba mucho trabajo por hacer y muchos asuntos que aclarar.
- Ese atardecer fue probablemente el primero que Invel disfrutó con tranquilidad, aquella noche no tuvo ningún tipo de inconveniente para dormir y a la mañana siguiente no tardó medio segundo en levantarse de la cama. Lo primero en hacer fue visitar las aguas termales que al fin funcionaban con normalidad, una gran sala fue reservada para él sólo ¡Completamente gratis! Y obviamente la disfrutó por horas junto a sus compañeros Pokémon.
- Tanto Abel como el resto de esa familia estaban rebosantes de alegría, al fin el infernal calor había abandonado la ciudad que ahora tenía un clima más que agradable. ¿Qué mejor que pasar unas cuantas horas en las aguas termales para relajar los huesos y los músculos? Aquel entrometido lo necesitaba, merecía un buen descanso pero no podía pasar todo el día allí haciendo el vago.
- Lo siguiente fue visitar a sus nuevos amigos, la primera fue Rose quien tenía algunas heridas menores pero estaba tan ocupada que no tenía tiempo en resentirse. Su primer gran ceremonia albergó a cientos y cientos ciudadanos, todos queriendo escuchar el testimonio de la gran religiosa quien les contó al respecto del protector, sin dar demasiados detalles y buscando pregonar buenos valores.
- La segunda visita de Rukawa fue el lujoso edificio de Elric, donde también estaba Ivana para mostrarle toda la cantidad de obras que necesitarían comenzar ese mismo día para restablecer la señal de telefonía, la red de Internet y obviamente el suministro eléctrico. El redimido magnate al fin estaba dispuesto a colaborar, parecía ser que sus valores ─no económicos─ habían mejorado considerablemente.
- Y finalmente la tercer visita fue a Fausto, quien recibió a Invel como un verdadero guerrero, otorgándole un gran saludo donde el grupo entero de luchadores saludó al joven entrenador agradeciendo por su ayuda indiscriminada. Fausto le contó a Invel los planes que tenía para la seguridad de la ciudad y también sobre las implementaciones que se harían en pos de evitar un desastre como el ocurrido.
- Para esa tarde estaba pautada la conferencia global donde luego de restablecer el suministro electrónico, los cuatro líderes de la ciudad dejarían en claro que no volvería a haber más traidores en la ciudad, donde aclararían todo lo ocurrido gracias a la confesión voluntaria del ahora encarcelado Hamilton, quien luego de abandonar el hospital fue denunciado por robo y alteración del orden público ─además de enfadar a leyendas, entre otros delitos graves─ podía decirse que se llevó su merecido al ser llevado a prisión junto a su mayoría de colaboradores.
- Otro dato no menor fue que se había encontrado al alcalde, al ex alcalde mejor dicho. En un lujoso buque esperando marchar fue capturado y llevado a disposición de la justicia donde se le quitarían esos millones que se destinarían a las obras públicas de la ciudad y a la mejora en diversos campos sociales. Se podía decir que al final los buenos habían vencido, los malos se habían llevado lo que merecían.
- Al paso de los días casi todo había sido solucionado y sólo quedaba una última cosa para hacer en manos de ese grupo político que ahora gobernaba de forma grupal la gran ciudad del fuego: Una ceremonia había sido propuesta por Fausto y el resto, el objetivo era celebrar el perdón de la ciudad, celebrar la victoria por sobre los villanos de turno y también exponer públicamente la gran reliquia que ahora debían proteger los cuatro.
- Invel tenía planeado marcharse muy pronto ya que no había muchas más razones para quedarse allí, podía decirse que su aventura había terminado temporalmente en Flammeus. Sin embargo había quienes no estaban muy de acuerdo con que se marche antes de que el gran carnaval tenga su día de celebración. Fue Fausto el encargado de convencer al castaño de quedarse un poco más.
- [color=#f04314][b]─Parece ser que todo ha salido bien, al fin... Creo que iré una vez más a las aguas termales, aún me duelen los huesos... ─[/b][/color]Rukawa nuevamente demostraba lo mucho que le habían gustado las aguas termales, buscaba excusarse de paso.
- [b][color=#754747] ─No pongas excusas, más te vale que vengas a la ceremonia o te iré a buscar... Te traeré a los golpes. Bastante me costó convencer a Elric de venir ¿no?[/color][/b]
- Fausto buscaba convencer a Invel de participar en la ceremonia, pero los verdaderos protagonistas debían ser ellos, eran ellos los verdaderos héroes de Flammeus Town. Con la mayoría de los grandes problemas solucionados y con la confesión de Hamilton, el pueblo de Flammeus comprendió el error cometido y muchos se apenaron por lo hecho, pero les sirvió de lección o eso se esperaba.
- Los días próximos en Flammeus estuvieron cargados de mucho trabajo duro y redención por parte de aquellos que no habían actuado como se debía. Invel pasó unos cuantos días más en la capital del fuego a petición de sus nuevos amigos, disfrutando de todo lo que no pudo vivir debido al infernal calor y a la particular situación que atravesaba la ciudad en aquel momento. Se podía decir que al fin, había comenzado su verdadera visita.
- El entrenador lamentó la ausencia de un líder en el gimnasio local, sin embargo no podía decir que le había faltado la acción en su visita. Una acción que la inmensa mayoría en la ciudad no había podido ver: Tal y como se pensaba, nadie vio el encuentro con Ho-Oh a excepción de aquellos en la cima del volcán, desde la ciudad apenas y se vieron luces confusas obstruidas por las nubes y el humo.
- Con el paso de los días y con mucha calma Flammeus Town recuperaba la normalidad y el bienestar que acostumbraban hace un tiempo, con la recuperación de las redes móviles Invel pudo dar aviso de su ubicación, sin ahondar demasiado en detalles ya que no los consideraba importantes de momento. Teniendo todo hecho en la gran ciudad del fuego, sólo le quedaba pasar unos días más de relajación merecida.
- Un nuevo crecimiento social se aproximaba a la capital del fuego: Gracias al entrenador de Ciudad Verde y a la ayuda de cuatro valientes ciudadanos con distintos ideales, algunos buenos y otros malos, Flammeus estaba a salvo y el infernal calor había desaparecido. Podría decirse que el final era feliz pero... ¿Era el final o apenas el comienzo de algo grande?
- [b][color=#f04314] ─Bien... ¿Qué sigue ahora?[/color][/b]
- [center][b]─FIN─[/b][/center]
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