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- LOS FUTUROS DESAPARECIDOS
- (Ruinas de Buenos Aires o de cualquier ciudad de un país que se llamaba Argentina, 2169 D.C.)
- ...ojo de tigre, muestra tu cicatriz... Charly Garcia
- I.
- El olor no es a podredumbre de cadáveres -ya pasaron largamente esos períodos,
- a juzgar por los historiadores-,
- sino a ácido tenuemente dulce
- como el que sobrevivía a las explosiones de usinas atómicas.
- No existen ahora esas centrales,
- aunque los vestigios radiactivos sigan sobrevolando la atmósfera y el hombre.
- por miles de siglos.
- ¿Pero era acaso Platón el que definía al tiempo
- como imagen móvil de la eternidad?
- A esos pobrecitos les tocaron los arquetipos más defectuosos e innobles
- de la eternidad.
- Hubo una vez un mundo traducido en atlas, planisferios, mapamundis,
- y anales de un conocimiento que se tornó indetectable,
- salvo para la élite que celosamente lo oculta fuera de la galaxia.
- Hubo una vez una federación de naciones
- que se llamó la Unión Soviética, sarcasmo y caricatura
- de un comunismo inexistente, zarismo cruelmente desdoblado.
- Hubo una vez otra Unión de provincias federadas, llamada Estados Unidos
- y que, mucho más atrás en el tiempo, fuera una Confederación
- labrada con principios y valores cercanos a la ética,
- una ética construida, durante casi doscientos años, sólo para blancos.
- Hubo alguna vez un escritor llamado Kafka que presagió (sin llegar a verlo)
- el nacimiento de un régimen carroña y ostentosamente asesino
- bajo el cual murieron su familia y seis millones de inocentes
- en la vastísima jungla de cámaras de gas y de ferrocarriles.
- Hubo una isla caribeña que, en su origen, reinstaurara un nacionalismo,
- luego un socialismo con veleidades imperiales, y, por último,
- las formas más confusas de la degradación del hombre.
- Nadie que mata, puede olvidar la aberración ni regresar
- al universo primal, tal vez apócrifo, del niño.
- Nadie que asesine, puede invocar un perdón
- que no caduca en los cerebros del sensible y del inteligente.
- II.
- Al conocido país austral, que otrora mostrara con soberbia al mundo
- los gastados blasones y laureles oxidados y las lámparas de barro,
- y el atroz, oleaginoso eufemismo de "granero del mundo"
- empezó a comerlo, lentamente, otra lepra:
- en aquellas décadas primeras del XXI supo llamarse "corrupción",
- aunque con aquel vocablo, hoy en desuso,
- se designaran las mas variadas formas de la mafia:
- Pseudodemocracias ocultando la incesante industria politica,
- prostitución y redes de prostitución
- que no excluían a padres entregando a sus hijos a la muerte,
- drogas y redes de narcotráfico vinculadas a esos mismos politicos,
- paidofilias bajo la lupa tambien cómplice de funcionarios
- y no menos vastos sectores del pueblo.
- Ni esperanza había en los alcaldes:
- eran todavía más facinerosos que los presidentes.
- III.
- La corrupción -palabra ya antigua, lo repito-,
- carió desde el estado a las pequeñas empresas.
- La extraterritorialidad fue convirtiéndose en señora y reina
- del único dios posible de esos pueblos:
- el maldito becerro de oro, en este caso falso,
- que chorreaba asqueantemente sobre sus cuerpos.
- Todos sucumbían al diezmo,
- con no fingido placer y sadomasoquismo!
- Nadie dejaba de exaltar al dios utilitarista, pragmático,
- sólo dador de promisiones!
- Y qué Dios unilateral, hecho a la viva imagen y semejanza de estos seres,
- podría siquiera oír sus quejidos!
- El trabajo era un disvalor.
- Comenzaron a subsidiarse a los más pobres
- con cards de mil colores, extravagantes y novísimas versiones
- de los viejos espejitos de un Colón aún más descarado.
- ¿La Justicia? Inexistía.
- ¿La policia? Impecable -también- en el cinismo.
- ¿El estado? Inexistía.
- ¿Los ciudadanos?
- ¡Ah, los ciudadanos, esa lejana voz arcaica,
- no eran sino zoombies captados al feroz automatismo
- de máquinas hechas para la banalidad
- y el vaciamiento de conciencias!
- La psicología fue reemplazada paulatinamente por la psiquiatría,
- la psiquiatría por la nueva neurobiología, heredera princesa cognitiva,
- y, finalmente, ésta, por una mezcla de curanderismo y multidisciplina heteróclita.
- Pero bajo que débil sol subsistían estas conciencias?
- Los astrónomos, hacía por los menos ciento cincuenta años que no utilizaban telescopios
- sentándose cómodamente aburridos a hacer predicciones en paneles giratorios.
- ¿Resistían algunos miserables en las junglas de ese medioevo desarticulado,
- opaco, fragmentario?
- Los poquísimos habían regresado a las ruinas,
- como aquel Benito a las del palacio de Nerón.
- IV.
- Ese mundo habia llegado a la luna y a Marte y a un exoplaneta.
- Los mismísimos jefes de estado prometían viajes gratuitos al cosmos,
- como quien vende un viaje en transatlántico a Zanzíbar o Lisboa.
- La promesa llenaba las pantallas
- de viejos paisajes de tarjeta postal, inconcebibles
- en el planeta desierto.
- El vacío fue creciendo hasta límites monstruosos
- donde los cerebros, incapaces de sorprenderse
- ante un atardecer en la montaña o el galope de una tropilla,
- eran meros receptáculos de tabletas y chips
- del tamaño de una limadura de hierro.
- V.
- ¿Qué ideas?
- ¿Qué horizonte hasta el umbral donde la vista se pierde
- como en un prófugo disfraz de año nuevo?
- ¿Qué rosas fragantes surgidas del caos germinal de la tierra?
- ¿Qué pasión por las ideas?
- ¿Qué gripserka?
- ¿Qué Lou Andreas-Salomé?
- ¿Qué Andrew Lang releyendo a Chejov?
- ¿Qué Ada Leverson, justificada de fortaleza y coronándose
- piedad ante lo injusto?
- ¿Que Cocteau, disfraz y flaneur,
- parado en mitad de un mosaico gigantesco
- que es una puerta abierta a su rostro?
- ¿Qué Josephine Baker bailando entre los gritos,
- bailando el grito
- porque sabe este sol debajo de las piedras?
- ¿Qué Frederic Leighton pintando utopías y distopías
- como si narrase una fábula?
- ¿Qué felicidad, qué alegría, qué coraje
- exhumado de entre los muertos?
- Acá no hay tercer día ni relámpagos
- ni el velo se rasga de arriba abajo.
- Un fragmento de una página policial
- pervive en estos monitores colocados sobre el iris:
- "Hurlingham, 1 de septiembre de 2011-En un improvisado basural
- de esta zona del conurbano,
- una madre reconoce, dentro de una bolsa de residuos,
- el cadáver de su hija.
- Tenía once años y se llamaba Candela Rodríguez."
- (La foto fue borrada y resulta imposible recuperarla
- por medio tecnológico alguno.)
- MANUEL LOZANO
- Santa Lucía de Syracusa, septiembre de 2011
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